sábado, 18 de febrero de 2012

Eu non podo medrar por ti

8 comentarios:

  1. Cuantas veces me cansé de repetir el último párrafo a mis compañeros de clase y a todas las personas que no valoran lo que tienen y lo afortunados que son. Los profesores no tienen toda la culpa, pero por desgracia hoy en día los padres son peor que los alumn@s y ni ellos mismos los conocen ya que no se molestan en dedicarle tiempo a sus hijos (no todos, que algunos por desgracia necesitan todo el tiempo para trabajar). Siempre dije una cosa: hay que invitar a los padres a que vengan una hora con sus hijos a clase para que vean lo que realmente ocurre en las aulas, para que se muestren inconformistas con razón, para que vean la auténtica realidad.
    Mandar deberes continuamente para casa sin ninguna finalidad didáctica es incomprensible porque estamos obligando a algunos a participar en el aprendizaje de un solo mudo, pagando el resto de alumnos la posibilidad de aprender con otras alternativas. Tendríamos que proponer objetivos pero no marcar el camino sino dejar a los propios alumn@s que decidan la manera de llegar a ellos y adquirir los contenidos como a ell@s les resulte más cómodo.

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  2. Estoy segura de que como dijo mi compañera los profesores claramente no tienen toda la culpa, obviamente los problemas relacionados con la educación (los valores, el trato del material, el vocabulario inicial) viene de casa, si esa base no está solventada dificil es poder proseguir en el aprendizaje de más conocimientos; lo que si señalo es que los docentes tienen/tendremos la culpa de la desmotivación en las aulas y, sobre todo de la pérdida de los verdaderos talentos de las personas. Vivimos en una sociedad en donde solo se valoran materias como ciencias, matemáticas, las lenguas, esenciales en la vida si, pero no todo el mundo ha nacido para dedicarse a ello. Pienso, con esto, que se debería buscar el verdadero talento de las personas y explotarlo, sin forzar a la dedicación de la desmotivación. Yo me pregunto ¿cuántos dejarían los estudios porque no se sentían motivados con respecto a su talento? Ahí es donde comienza la frustación. Yo soy de las que piensa que todo el mundo tiene algo que explotar por si mismo, pero que si tampoco se le guía en ese campo, los talentos se pierden a medida que pasa el tiempo.
    El ejemplo de los árboles, crecen solos, la primavera simplemente guia esos comportamientos, pero de un árbol del que salen naranjas, no podemos "obligar" o "esperar" a que salgan peras... supongo que lo mismo pasa con las personas.

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  4. Estoy totalmente de acuerdo con mi compañera Mari Carmen. Yo, de hecho, tras leer el texto extraje la misma conclusión. Está claro que la culpa del éxito o fracaso del proceso educativo no es de un solo agente o grupo de la comunidad escolar. Influye el profesorado, el alumnado, los padres de éstos… Y obviamente, yo también reconozco que es el alumno el protagonista del proceso y el responsable principal del mismo y opino que el docente debe ejercer un papel de guía, de facilitador, de consejero, y no dedicarse a imponer y a dar todo hecho, pero el docente debe ejercer esa guía adaptándose a las características y potencialidades de cada alumno. Y creo que es aquí dónde está uno de los problemas del proceso educativo. Muchos alumnos no continúan estudiando o se encuentran desmotivados y creo que ello está motivado porque, en cierta medida, sí que se les impone o se les presentan unas materias como las únicas válidas y las únicas garantizadoras del éxito. Parece que si no eres bueno en Matemáticas o en Lengua no eres bueno en nada. Sin embargo, aunque presentes una gran habilidad para la pintura, la música, el baile…, no eres bueno en nada. Y decía que opino como mi compañera, porque yo también pienso que cada persona tiene un potencial y que el profesor debe ser capaz de detectarlo y ayudar a que este se convierta en acto. ¿Por qué insistir en que un alumno tenga que ser bueno sí o sí en Matemáticas, por ejemplo, si tiene un gran sentido del ritmo y “ha nacido” para bailar? Es probable que sí se orienta debidamente llegue a ser un gran coreógrafo a nivel internacional, pero, ¿y si seguimos empecinados en que por ese camino no tiene nada que hacer y que eso no le va a ofrecer ninguna salida? Pues, entonces, lo más probable, es que convirtamos a ese alumno en un alumno desmotivado, desganado, que estudie por obligación, pero que no está siendo libre de “crecer” como él quiere y, quizás, nos perdamos a un gran coreógrafo…
    Por lo tanto, aunque estoy plenamente de acuerdo con lo apuntado por el texto (la culpa no es siempre del profesor porque el alumno es el responsable del proceso, “crece por sí mismo”) creo, sinceramente, que el sistema educativo, se empecina en que todos los árboles crezcan igual.

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  5. Creo que non só os docentes teñen a culpa da situación educativa que estamos a vivir. O elevado fracaso escolar, pero tamén o bullying que se vive nalgunhas aulas, as baixas dos profesores por depresión, a redución de fondos económicos para material escolar e actividades extracurriculares,o sistema educativo en xeral e todas as leis de Educación que sufrimos... son indicios de que non só os profesores cometen erros nas aulas; tamén a escasa cultura do esforzo na que nadamos, a escasa participación e intervención dos pais na escola, a necesidade de dar todo o temario do curso a como de lugar, etc. inflúen no rendemento académico dos estudantes e na súa motivación. De nada serve o esforzo dun mestre para que un alumno se esforce se na casa os pais non animan e axudan ao seu fillo a esforzarse. Aínda así, eu penso que, antes de fixarnos e sinalar aos docentes como culpables do fracaso escolar, as autoridades políticas deberían analizar a situación da Educación en España, especialmente e como xa sinalei, as reformas educativas e leis de Educación que elaboran sen consultar aos docentes. Persoalmente, penso que un dos principais erros atópanse aí, no feito de elaborar leis sen ter en conta as persoas ás que lle vai afectar, tanto profesores como alumnos, pais e nais.

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  6. Yo también considero que no puede afirmarse rotundamente que la culpa del fracaso escolar actual sea solo de los docentes, o de los alumnos, o de las familias...La culpa es de todos ellos. Si bien es cierto que los alumnos son el núcleo central del aprendizaje, y es cierto el enunciado de que "si un alumno no quiere aprender no va aprender". No obstante deberíamos preguntarnos: ¿por qué no quiere aprender? El ser humano está predispuesto al aprendizaje, pues le sirve para comprender y adaptarse a su medio, por lo tanto deberíamos pensar que quizás el problema no está en su "carencia para aprender" sino en que no lo estamos guiando adecuadamente o, como dice Cristina, lo estamos obligando a aprender algo que para el carece de utilidad. Por lo tanto, en mi opinión, se debería de tener siempre en cuenta el hecho de que los alumnos son el centro del aprendizaje e intentar motivarlos, hacerles ver las ventajas de conocer más cosas...

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  7. creo que la frase "Solo aprende el que quiere" resume perfectamente este texto. estoy totalmente de acuerdo, es muy fácil culpar al profesorado del fracaso escolar o de la falta de interés pero la mayor parte de las veces influye de manera decisiva el alumno. si un alumno no quiere aprender da igual lo bueno que sea el profesor si él no se esfuerza y no tiene interés.
    queremos sor mayores para unas cosas y responsables pero no para otras, efectivamente hay que ser consciente de la suerte que tenemos, valorarlo y aprovecharlo al máximo porque si miramos a nuestro al rededor seguramente otra persona querría estar disfrutando de nuestros privilegios.

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  8. Estoy de acuerdo en la generalidad del texto pero con pequeños matices.
    Es cierto, que si no realizamos acciones por nosotros mismos y no caemos en el error para poder enmendarlo, nunca maduraremos nin seremos adultos. Pero, discrepo porque en ciertas circunstancias es inevitable pedir ayuda, apoyo de los demás; no solo para encauzar la acción sino por mantener un contacto social.
    La metáfora del melocotón es un ejemplo muy claro que está sucediendo con las generaciones actuales. Nos lo dan todo hecho y eso no puede ser. Ante cualquier problema no tratamos solucionarlo sino que, alguien (como dice el dicho) nos saque las castañas del fuego.
    Esto es lo que tenemos que vigilar porque todo lo que nos rodea es para nosotros insignificante y no le damos el valor propio que tienen las cosas. Por ello, vivimos en una sociedad amargada, egoísta y ansiosa de poder desprestigiando a los demás...

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