domingo, 29 de enero de 2012

A flor vermella

El verdadero maestro que ha alcanzado la cima siempre será liberal y considerado. No es posible que sea testarudo, nunca le escuché decir “Este es el único camino”·. No sólo porque existen en el mundo tantos caminos como personas, sino porque desde arriba siempre se puede ver que hay muchos caminos. Cuando el maestro se haya elevado a la sabiduría, verá incluso algunos senderos por los que nadie ha conseguido subir, ni siquiera el mismo.
Desde la cima, el maestro puede ver a los que suben, descubriendo, recorriendo y trazando cada uno su propia ruta, y puede, si el discípulo se deja, mostrar un atajo o avisar de un abismo...
Jorge Bucay (Shimriti, 2003)

4 comentarios:

  1. El ser humano es un animal de costumbres pero no hay que olvidar que la costumbre mata al ser humano
    Nos quejamos de la rutina en la educación, y buscamos la forma de evitarla, porque nos da la sensación de no estar vivos. Es una costumbre arraigada, o un hábito adquirido por mera práctica, que permite hacer las cosas sin razonarla, un automatismo, que podemos hacer mientras estamos pensando en otra cosa.
    Cuando la rutina agobia, es la señal de que, hay que empezar a ser más creativo también con lo cotidiano. Observar por tanto a cada alumn@ y dejar que exprese libremente lo que lleva dentro.

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  2. En el ámbito de la educación, la palabra "innovación" enfocada en el profesorado no existe ya que para ell@s las costumbres (sobre todo si tuvieron y tienen éxito) son positivas.
    En cambio, para el alumnado esto es un sacrificio de sus capacidades y se acaban adaptando dejando a un lado sus potencialidades

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  3. Este vídeo tan sencillo nos transmite un mensaje que esta olvidado por gran parte de los docentes en la actualidad: dejemos volar la imaginación de nuestros niños. Nuestra tarea no es llevarlos por nuestros caminos sino guiarlos para que, con ilusión y constancia, descubran ellos mismos los suyos. Por que si todos tenemos las mismas ideas, si todos queremos lo mismo, si todos somos iguales nuestra sociedad no podría sobrevivir, y en caso de sobrevivir: ¿no creéis que sería mucho más aburrida?

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  4. Todos sabemos o parece que tenemos claro que las sociedades que triunfan son aquellas sociedades que denominamos “innovadoras”. De hecho, nos cansamos de decir que hay que premiar las ideas innovadoras y, sin embargo, no parece que desde las escuelas se fomente la innovación, la creatividad, lo “distinto”… Parece que tenemos miedo a aquello que se sale de los patrones establecidos, miedo a lo nuevo, a lo diferente, a lo “desconocido” (pero que podemos conocer, si nos lo proponemos)… Pero, ¿cómo pretendemos formar innovadores conduciendo a todos los alumnos por el mismo camino, sin permitirles que ellos mismos elijan senderos alternativos, igualmente o incluso más válidos? Si queremos que nuestros alumnos sean innovadores tenemos que considerar la labor docente como una acción de guía y de potenciación de lo que el alumno es, no en acto, sino en potencia…, que el alumno pueda llegar a desarrollar, a sacar fuera, todo lo que lleva dentro, a desenvolver su creatividad… Hay que ofrecerles la oportunidad y la confianza necesaria para que expresen sus ideas aunque estas resulten distintas a lo que están acostumbrados a ver a su alrededor… Esa es la innovación…

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